Esta festividad tiene sus orígenes en el siglo IV cuando Santa Elena, madre del emperador Constantino, pidió permiso a su hijo y se dirigió a Jerusalén en busca de la Cruz en la que murió Cristo.
Se dice, que tras muchas excavaciones Santa Elena encontró tres cruces, pero que no podía distinguir cuál era la de Jesús. Así la mujer tocó una por una las cruces, hasta que al tocar la tercera se sanó de una grave enfermedad que padecía. Tras este suceso la Iglesia Católica comenzó a celebrar el 3 de mayo como el día del hallazgo de la Santa Cruz.
En México a partir de la Conquista y los primeros años de Evangelización esta festividad fue promovida entre los nativos americanos.