En lo que fue un espectáculo inédito, la fusión musical de la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) y Mariana Bo, una de las artistas mexicanas más sobresalientes en la escena internacional de la música electrónica, reunió a más de mil 300 personas que abarrotaron el Teatro Metropolitano, en una conjunción de generaciones difícil de igualar.
Fue una colaboración sin precedentes, poderosa, y profundamente simbólica, que, una vez más, demostró el potencial de la cultura como motor de desarrollo, de economía, de identidad y, por supuesto, de innovación artística y musical, llamado al que acudieron lo mismo niñas y niños, que jóvenes y personas adultas y de la tercera edad, quienes aplaudieron, bailaron y vitorearon cada una de las piezas del concierto que puede definirse en una sola palabra: éxito.