El CHIMAL
El “Chimal” es un elemento simbólico de la cultura Otomí. En el chimal podemos observar el elemento hierofánico de esta cultura; es decir, la manifestación de lo sagrado en el mundo profano.
Se trata de una estructura de madera que consiste en dos postes paralelos de aproximadamente 20 m. de altura cada uno. Entre los dos se teje una malla y se rellenaba antiguamente con cucharilla que extraían del sotol. Actualmente se hace, ya sea con hojas de elote o pencas de maguey. Se le agregan ofrendas frutales y florales a lo largo de toda la estructura dejando algunos espacios que rompen con la monotonía del arreglo.
La altura tan considerable que alcanza es porque se espera que llegue al cielo como mensajero de todas las plegarias de la comunidad, elevadas a la divinidad. Y también por el mismo medio se reciben los favores concedidos por ésta, que se traducen en buenas cosechas durante el año.
La palabra “Chimal” proviene de Chimalli, palabra de origen nahuatl que significa escudo usado por los guerreros.
Los otomíes consideran que el chimal, es un personaje de la conquista que luchó contra los españoles durante los encuentros armados.
Posteriormente este mismo elemento es sabiamente utilizado por los frailes franciscanos para ayudarse en la evangelización, incorporándole elementos de la religión católica (la cruz) para reforzar la idea de Dios.
El levantamiento del Chimal se efectúa a un lado de la puerta principal de la parroquia, dentro del marco de toda una celebración, típica de la cultura Otomí.